TESTIMONIO DE LUZ PAREDES VILCA

Vengo de una familia pequeña, mi madre, mi hermano, mi hermana y yo. Gracias a mi mamá conocí a Dios desde pequeña y así iba creciendo, sintiendo que Dios siempre estaba presente en nuestras vidas.

Desde muy joven pertenecí al grupo juvenil de la parroquia de Puno, donde descubrí la vocación religiosa, pensé que ese descubrimiento sería pasajero así que continué con mis estudios.

Después de terminar mi carrera empecé a trabajar, conocer amigos, amigas y tener una vida independiente; pero en medio de toda esto que vivía, sentía que aún me faltaba algo para completarla, claro que tenía a Dios en mi vida, pero ¿qué faltaba? era mi pregunta. Lo que faltaba era responder aquello que había descubierto en el grupo de jóvenes, que me inquietaba cada día y era Dios que me llamaba a vivir un estilo de vida diferente.

Es así que decidí conocer algunas hermanas de otras congregaciones que me invitaron a vivir con ellas, pero no era yo quien elegiría el lugar, también Dios se encargó de eso y me llevó a conocer la Sociedad del Sagrado Corazón de Jesús, es ahí donde empecé mi vida religiosa sintiendo siempre el fuego del amor infinito de alguien que ama sin límites.

Ese amor que, al mismo tiempo, me impulsaba y me impulsa a contemplar el sufrimiento de la humanidad y que me convierte en discípula, en profeta para anunciar a Jesús presente en medio de este mundo que se nos muestra indiferente y deshumanizador.

En todo este tiempo de permanencia en la Congregación, Jesús volvía a elegirme una y otra vez dándome la fortaleza para vivir con pasión y plenitud las experiencias que me tocaron vivir. Es desde esta pasión que, en el año 2019 di mi respuesta definitiva a Jesús al realizar los votos perpetuos para seguir caminando junto a Él y con el pueblo, descubriendo y anunciando el corazón misericordioso en cada hermano y hermana.

Luz  Z. Paredes rscj