NUESTRA HISTORIA

MAGDALENA SOFÍA BARAT

Nació en 1779 en Joigny, Francia. Ya desde muy joven sintió la llamada a seguir a Jesús en la vida religiosa. El 21 de noviembre de 1800, a los veinte años, hizo su consagración en París con otras compañeras, naciendo así la Sociedad del Sagrado Corazón. En su corazón se unía el atractivo por la vida de oración y el deseo de ayudar a la sociedad de su tiempo.

Durante toda su vida buscó hacer la voluntad de Dios que la llevó a fundar innumerables casas en distintos países, y a superar todo tipo de dificultades y contradicciones, a pesar de su frágil salud. Enraizada en Jesús superó todas las tribulaciones con humildad y confianza por el deseo íntimo de descubrir y manifestar el amor del Corazón de Jesús, que vivía con tanta fuerza.

Murió a los 85 años dejando a 3539 religiosas repartidas en 99 comunidades de Europa, América y África.

AMIENS

El 15 de octubre 1801 se compra la propiedad de la calle Martín Bleu Dieu; cerca de la Casa de la Cultura, en la ciudad de Amiens.

El 17 de octubre de 1801 se toma posesión del Pensionado de la Srta. Devaux, que muy anciana se lo ha cedido a su sobrina la Srta. Enriqueta Grosier con una veintena de pensionistas; ahí se inicia la vida religiosa comunitaria.

Magdalena Sofía Barat llega el 13 de noviembre de 1801 enviada por el Padre Varin, después de su primera Consagración el año anterior en París. A partir de ese momento la casa de Amiens será su residencia habitual hasta la fundación de París en 1816.

Por el momento no pueden llevar el nombre de Sociedad del Sagrado Corazón por las fuertes connotaciones políticas. La gente las llama “Damas de la Fe” y acogen a las pequeñas en la “Casa de Instrucción” de la calle Martín Bleu Dieu. Esta primera comunidad de Amiens es llamada desde entonces “la Cuna de la Sociedad”.

ROSA FILIPINA DUCHESNE

Nacida en Grenoble, Francia, en 1789, sintió desde muy joven la llamada a consagrarse a Dios en la vida religiosa. Tras largos años de espera pudo hacer realidad su deseo de manifestar el amor del Corazón de Jesús en tierras lejanas al marchar a América y fundar allí la primera comunidad del Sagrado Corazón en el Continente Americano.

Las dificultades de aquellos tiempos (distancias, hambre, frío, epidemias) no fueron obstáculo para vivir con alegría y generosidad. Otras mujeres se sintieron atraídas por su testimonio y la Congregación pudo así atender a nuevas necesidades.

Rosa Filipina permaneció en América 33 años, hasta su muerte. Allí se entregó con vigor a la misión y poco antes de morir pudo ver realizado su sueño de vivir con los indios potowatomíes. Aunque demasiado mayor para esa tarea, los indígenas la recordarían como “la mujer que siempre reza”.