SIGNOS DE ESPERANZA…
“Tengan entre ustedes, los mismos sentimientos de Cristo”. Fil. 2, 5
Llegamos al tiempo de “Reconstruir” nuestro país, después de los desastres sufridos por el “Niño Costero”, tiempo de renovar nuestro compromiso y de seguir siendo signos de esperanza, buscando el bien común, luchando de la mano con nuestros hermanos.
Esto nos lleva a ser corresponsables y crecer en conciencia, sabiendo que:
Allí donde está Cristo, aunque oculto, allí ha de estar la iglesia. Consciente de su misión de unir a los hombres con Dios, la iglesia se ha comprometido en un diálogo con el mundo. Tienen que ser “signos clarísimos” (P.C.cl.; par 1) de la presencia de Cristo en el mundo.
La vida de Jesús en nosotros nos hace entrar en su misma orientación hacia el Padre, y nos da una mirada contemplativa sobre el mundo del que formamos parte. Necesitamos dejarnos invadir por esta vida para mirar y amar al mundo con la misma mirada y el mismo amor de Cristo. “Tengan entre ustedes, los mismos sentimientos de Cristo”. Esto exige de nosotras un estilo de vida en el que la oración tenga la prioridad y nos haga capaces de buscar a Dios en nuestra historia. Como María acogió la Palabra de Dios que se hizo vida para el mundo, así de nuestra contemplación brota una fuerza de conversión y transformación para la misión.
La encarnación de Jesús transformó el mundo, a nosotras nos queda aún mucho camino para que nuestra solidaridad sea adoración, nuestra conversión, esperanza, nuestra denuncia, anuncio.
Capítulo 1976 RSCJ.